EVOLUCIÓN DEL PESO

domingo, 14 de diciembre de 2008

Trofeo Akiles : Semana 7 y última: (8 al 14 de diciembre) :


"Crónica de una muerte anunciada", (Gabriel García Marquez)

Nunca me ha gustado conocer el final de una historia antes de de conocer el desarrollo de los acontecimientos, y soy de los que no me hace nada de gracia (incluso llego al cabreo) que alguien me cuente el final de una película o de un libro, pues pierde todo el encanto de ir saboreando poco a poco la trama y ver como transcurren los acontecimientos.
Por estas razones, cuando hace ya años tuve una época que devoraba los libros de Gabriel Garcia Marquez, a raíz de quedarme obnubilado por la magia de "Cien años de de soledad", y revisando toda su bibliografía en la biblioteca de mi barrio, descubrí un pequeño libro que se titulaba "Crónica de una muerte anunciada". Lo abrí y vi que la primeras palabras eran: "El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana..." , mi primera reacción fue de decepción, no puede ser!, me dije a mi mismo, acaban de contarme el final del libro en la primera línea! Me quedé un rato pensando si seguir o no, y al final, empujado por el recuerdo que tenía de la lectura de otra de sus obras maestras, "El amor en tiempos del cólera", decidí seguir adelante y así pude disfrutar de un libro entrañable con un estilo narrativo único.

Pues bien, en homenaje a lo contado anteriormente, la crónica del Trofeo Akiles comienza con estas palabras:
"El día en que no pudo cumplir su objetivo de bajar de 48 minutos en la carrera del Trofeo Akiles, Chema se levantó a las 7 de la mañana..."

El primer día de la última semana de preparación fue un día festivo, el 8 de diciembre, por lo que no hubo la tradicional clase de spinning, pero fue sustituida por un agradable rodaje mañanero con C&C (Chus&Chus, Clase&Coraje) por la Casa de Campo, con lluvia, frío, piernas pesadas, pero contento por disfrutar de esos rodajes que te hacen ganarte la ducha y las cervezas del aperitivo sin ningún remordimiento. Junto con la clase de spinning del miércoles, fue mi único entrenamiento de la semana. Nada nuevo bajo el sol para el que halla seguido mi trayectoria de las últimas semanas.
El domingo, día de la carrera, terminó en un bar tomando una ración de oreja regada con dos copas de cerveza, y acompañado por el otro miembro del club 4HdP, Paco, y otro compañero de trabajo y su mujer, con su perro, que había corrido la carrera y nos esperaba fuera descansando.
No fue la última cerveza del día, por que antes de coger el tren de vuelta a casa hicimos una parada técnica en otro bar para dar cuenta de una cañita y un montadito, todo terminado en "ito" para que parezca más ligerito ;-). Esta tampoco fue la última cerveza, luego salí con la familia a comer y me tomé otras 2 copas de cerveza, ¡Cosas del deporte, que da mucha sed!
Que no iba a cumplir el objetivo lo tenía claro hace ya tres semanas, pero no quise cambiarlo en el blog para dejar constancia escrita y pública, y que sirva como acicate para el futuro atlético, que, dicho sea de paso, no se como me lo voy a plantear. Tiempo habrá de reflexionar.
La mañana era fría, aunque la amenaza de lluvia había desaparecido. Al recoger el chip y dorsal, la megafonía avisaba de las placas de hielo que había en la carretera y del cuidado que teniamos que tener para no tener un accidente. La idea perversa de disponer de una excusa me pasó de repente por la cabeza, pero la descarté rápidamente por orgullo.
Calentamos durante 10-15 minutos con una carrera continua lenta que nos hace entrar en calor. Llegados a este punto, quisiera meter un fuerte capón a uno de los C&C por haber preferido quedarse en la cama calentito en vez de acudir a la cita. Mal. Eso no se hace. ¡Chico malo!, la C de Coraje te la voy a quitar como nos hagas otra vez esto.

Nos colocamos en la salida bastante atrás, error por mi parte. Se da el pistoletazo de salida y veo a la gente lenta, precavida por los avisos de placas de hielo. Me dedico los 2 primero kilómetros a pasar gente, esquivándola, corriendo en zig-zag y sin poder mantener un ritmo constante. Resultado, los primeros kilómetros los marco en 5:30, lo que daría un resultado final de 55 minutos, ¡no puede ser! estoy en baja forma y desmotivado, pero una cosa es no bajar de 48 y otra irme a 55.
En fin, comienza el tramo duro de la carera, 2 kilómetros de 2 subidas muy fuertes separadas por una bajada entre medias. 5:30 y 5:10. Sigo pasando gente, y las subidas se me han hecho cortas y nada duras. Creo que puedo dar mas de mi mismo, pienso.
llegamos al km 4, la bajada de Garabitas, 2 km que los hago rápidos con un ojo en la carretera por el hielo. 4:30 y 4:30 aproximadamente. Bueno, eso es otra cosa, me digo, ahora empieza la carrera de verdad, a ver si puedo bajar de los tiempos que hice en las carreras de septiembre y octubre (sobre 52 y 51 minutos) y al menos ir en línea ascendiente. Paso el km 6 en 36 minutos. Si mantengo un ritmo de 5 min/km, bajaría de 51, que sería una marca aceptable teniendo en cuenta las circunstancias.
Me pongo a ritmo, siguiente kilómetro a 4:35 y me quedo sorprendido, me alegro saber que puedo ir a esos ritmos sin problemas.
Los dos siguientes son de un falso llano hacia arriba, sufro algo y me salen más o menos a 5min/km, llegando al kilómetro 9 en 45:50. Ya tengo asegurado mejorar las marcas de otoño y el sub50 es imposible, ¿que hago? ¿Me dejo llevar o sufro el último kilómetro? Decido sufrir. Acelero, me pongo a pasar gente, sprint en la recta final y último kilómetro a 4:25.

Resultado final, 50:18. Estoy contento, pero a los pocos minutos aparece mi inconformismo, ¡Podía haber bajado de 50 si hubiera sufrido más al principio! ¿y los 48 si hubiera arriesgado?
En definitiva, creo que hice una carrera inteligente para el entrenamiento que llevaba, corrí de menos a más, no acabé nada cansado (quizás la carrera que menos), pero me queda la duda de que hubiera pasado si hubiera salido más rápido o hubiera subido las 2 cuestas más fuertes.

Y colorín colorado, esta aventura ha terminado. Ahora me quiero dar un tiempo para ver como enfoco el blog y mi triste faceta de corredor popular.

Una idea que ya he comentado a varios amigos es no apuntarme a ninguna carrera hasta no conseguir un peso determinado. Creo que el peso me lastra y me impide ir más rápido, asimilar entrenamientos y evitar lesiones. ¡Pero me gusta tanto comer y beber! Creo que voy a crear una sección para seguir la evolución del peso.

Espero que los pocos lectores (si es que hay alguno, que creo que esto no lo lee nadie) halláis pasado un rato agradable leyendo el blog.

Seguiremos dando guerra!!!

Un Abrazo.




1 comentario:

  1. Chema, tío, interesante crónica, como siempre. Tu sentido del humor y el estilo de tu prosa son siempre interesantes. Te estoy leyendo un 24 de diciembre, desde un pueblecito de Badajoz.

    Yo creo que el trofeo Akiles es duro, per se, con lo cual mejorar "mucho" es difícil en esa carrera. Poquito se le puede rascar a las marcas habituales, y encima la competición es muy temprano y con un frío de puta madre.

    50:18 en esa carrera está genial, y más teniendo en cuenta las circunstancias. Otro gallo habría cantado si:

    - Te hubieras puesto delante en la salida.
    - No hubiera habido hielo.
    - No hubiera sido tan temprano.

    Con respecto a lo del peso: el ejercicio aeróbico continuado ayuda a la pérdida de peso porque metaboliza las grasas en proceso lento. Yo recuerdo perfectamente que en esta primavera estabas más delgado simplemente por el plan de entrenamiento que llevaste previo a la media maratón, así pues creo que lo mejor es que compagines el correr con la pérdida de peso. O sea, que no dejes de correr porque si dejas, debe ser mucho más jodido perderlo.

    He de apuntar la salida del sábado pasado, que fue una delicia. 1:30 de rodaje largo un 20 de diciembre en el que:

    - Me enseñasteis dónde murieron los fusilados del 2 de mayo.
    - Me llevasteis por sitios de Madrid por donde no había estado nunca.
    - Conversamos de lo divino y lo humano, incluso de lo humano y lo divino, incluido el episodio del zapatazo a Bush.
    - Terminamos en el Urogallo del Pº de la Florida donde me disteis una lección magistral de claras de limón, callos a la madrileña y mejillones al vapor.

    Gracias de nuevo. A ver si este próximo fds quedamos y brindamos. Y a ver si ahora subo unas cuantas canciones a "Martillo Pilón desafina", que lo tengo un poco abandonado.

    Un abrazo a todos, mariconazos.

    ResponderEliminar